Sab es el descendiente de una princesa del Congo después es capturado y termina en la isla de Cuba convertido en un esclavo, como el resto de su gente. La diferencia es su origen, sus capacidades, la educación recibida por sus amos, la cual ya es un privilegio pues lo lleva a ser un sujeto racional y aplacar sus instintos –o al menos intentarlo–: escala, hasta donde un esclavo puede hacerlo; se enamora, hasta donde se lo permite la sociedad y él mismo; sufre, como sufren los subalternos a la vez que la clase educada. En sí es un mártir de la fidelidad quien fácilmente puede levantar una bandera de igualdad (de derechos, de género, de clase, entre otras…).